Un agricultor guatemalteco que lucha por ser un exitoso gerente.
Director de La Estansa, es un maya de San Martín que habla Kaqchiquel.
"Don" Feliciano Castellanos, un guatemalteco que vive de la agricultura, cree que es un milagro que haya sobrevivido las masacres y desapariciones causadas por la violenta guerra civil que azotó su región. A pesar de que nunca fue a la escuela, don Feliciano sabía que quería leer y escribir. Aprendió por sí mismo a leer a los 23 años utilizando un manual de alfabetización para adultos.
Dice que su determinación de construir un mundo mejor para sus hijos y nietos lo mantiene luchando para salir de la pobreza. "Somos pobres y empezamos sin nada. No sabemos cómo se hacen las cosas fuera de aquí. Estábamos trabajando en el comité de caminos cuando las personas del proyecto nos visitaron por primera vez y nos preguntaron si queríamos mejorar nuestras cosechas y aprender a exportar directamente, sin intermediarios."
Parecía un sueño. Así que llevamos la idea a la comunidad y decidimos tratar. Después de la primera reunión limpiamos la tierra porque queríamos aprender a cosechar productos para exportar.
Dice que su determinación de construir un mundo mejor para sus hijos y nietos lo mantiene luchando para salir de la pobreza. "Somos pobres y empezamos sin nada. No sabemos cómo se hacen las cosas fuera de aquí. Estábamos trabajando en el comité de caminos cuando las personas del proyecto nos visitaron por primera vez y nos preguntaron si queríamos mejorar nuestras cosechas y aprender a exportar directamente, sin intermediarios."
Parecía un sueño. Así que llevamos la idea a la comunidad y decidimos tratar. Después de la primera reunión limpiamos la tierra porque queríamos aprender a cosechar productos para exportar.
Don Feliciano participó en el programa de capacitación financiado por USAID que le enseñó cómo obtener mejores cultivos, recoger y lavar la producción, cumplir con los estándares y clasificar y empacar los ejotes franceses y otros vegetales.
USAID proporciona financiamiento para ayudar a los socios locales a desarrollar alianzas que aumentan la competitividad en áreas donde la pobreza y las oportunidades económicas co-existen. Las alianzas establecen actividades sostenibles para mejorar la infraestructura, así como el desarrollo económico y social de las comunidades guatemaltecas después de la guerra.
Don Feliciano y su colega agricultor Flaviano Cajti nunca soñaron ser empresarios. Sin embargo, con la asistencia de USAID tuvieron un producto que cumplió con los estándares de exportación. El siguiente paso era establecer un negocio legal que les permitiera exportar sus ejotes a compradores del extranjero.
Los agricultores recibieron un pequeño préstamo para cubrir los costos y pacientemente cumplieron los requisitos legales que dieron como resultado el establecimiento de La Estansa como un negocio legal.
Ahora Don Feliciano es el director de La Estansa que produce vegetales de alta calidad que cumplen con los estándares de exportación. El nombre de la compañía aparece en las cajas de cartón que se usan para transportar los perfectos ejotes franceses verdes y amarillos de las montañas de Chimaltenango, Guatemala a Miami directamente y sin intermediarios.
Don Feliciano trabaja duro con otros decididos miembros de la comunidad; esta oportunidad ha superado sus más grandes sueños sobre lo que el futuro le depararía a él, su comunidad y su producción.
De acuerdo con Don Feliciano, "Cuando La Estansa sea estable queremos construir la primera escuela de secundaria porque actualmente nuestros niños sólo pueden estudiar hasta sexto grado y no más."
De acuerdo con Don Feliciano, "Cuando La Estansa sea estable queremos construir la primera escuela de secundaria porque actualmente nuestros niños sólo pueden estudiar hasta sexto grado y no más."
Fuente: USAID
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Si usted conoce una historia de éxito como la de Don Feliciano, escríbanos a nuestro correo www.progresemos@vuelalto.ws
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